En Clínica Dental Fañabé Plaza sabemos que mucha gente tiene miedo a los empastes de metal. Sobre todo a raíz de informaciones que relacionan estos con un peligro para la salud por el mercurio que contienen. Por eso, en este artículo os queremos contar todo acerca de los empastes de metal. Así podréis elegir con total tranquilidad entre las diferentes opciones que existen con conocimiento de causa.

¿Con qué se hacen los empastes de metal?

Los empastes de metal han sido utilizados por los dentistas desde hace más de 150 años. Para hacerlos se utiliza una combinación de metales compuesta por mercurio, plata estaño y cobre conocida como “amalgama”. Tras la aparición de nuevos materiales para realizar los empastes, parecería que los empastes de metal iban a desaparecer. Pero nada más lejos de la realidad. Han demostrado ser muy efectivos y duraderos en zonas de la dentadura sometidas a mucha presión o desgaste al masticar. Y desde el punto de vista económico presentan una gran ventaja.

¿Es segura la amalgama?

Al ser el método más utilizado por los dentistas, millones de personas en el mundo tienen empastes de metal. Debido a su contenido en mercurio, muchos inciden en el peligro de estos empastes para la salud. La razón que esgrimen es que de los empastes metálicos emana vapor de mercurio con el paso del tiempo. Sin embargo, lo estudios científicos han determinado su fiabilidad para adultos y niños mayores de seis años. No ha sido posible encontrar una relación concluyente entre empastes de amalgama y efectos adversos para la salud.

¿Por qué se utiliza el mercurio en la amalgama?

El mercurio se utiliza en los empastes por su capacidad para adaptarse a los huecos dejados por las caries. Merced a su aleación con otros metales, el compuesto se ajusta perfectamente por presión a la cavidad en el diente. Al mismo tiempo, su capacidad para endurecerse lo hace ultrarresistente a las fuerzas sobre él ejercidas al morder o masticar. Es difícil que un empaste metálico se rompa, duran muchísimo y son bastante económicos.

Hay otros materiales que sirvan para hacer empastes

Sí, por supuesto. Desde amalgamas que contienen bajos índices de mercurio hasta resinas, porcelanas, oro, etc. Sin embargo, ningún material bate la resistencia de la amalgama de mercurio. En el caso de las resinas, estas requieren más tiempo de trabajo para hacer el empaste y no duran tanto. Son menos resistentes a la abrasión, de ahí que no se puedan usar en todos los casos.

¿Por qué todo este problema con el mercurio de la amalgama?

El mercurio es un metal que se encuentra en la naturaleza. Su estado habitual es líquido o gaseoso si se calienta. Todos estamos expuestos a la presencia del mercurio a través del aire, del agua, del suelo o la comida. El problema, como con otras sustancias, es la sobrexposición. Esta suele producirse por cuestiones de contaminación. De hecho, gran parte del mercurio entra en nuestro organismo a través del aire, por inhalación. De los pulmones pasa al resto del cuerpo, acumulándose en diferentes órganos o tejidos vitales. Es lo que se conoce con el nombre de bioacumulación.

¿Qué síntomas produce la intoxicación de mercurio?

Las personas intoxicadas por mercurio pueden presentar ansiedad, irritabilidad, pérdida de memoria, dolores de cabeza y fatiga. Aunque esto solo ocurre cuando los niveles son altos. Un nivel bajo no trae mayores consecuencias.

¿Son los empastes de amalgama de mercurio peligrosos?

En un principio se pensaba que la amalgama era un material inerte. Sin embargo, sofisticados medios de observación han dejado ver que de ellos emana vapor de mercurio. Sobre todo con el paso del tiempo y el desgaste. De ahí la controversia que suscitan. No obstante, numerosas investigaciones concluyen que la cantidad de mercurio emitida por la amalgama es muy pequeña. De hecho, mucho menor que la que recibimos a diario en nuestro entorno o ingerimos en nuestra comida. Sí es cierto que, hace tiempo, el mercurio de la amalgama podía resultar tóxico durante la preparación de la misma. De ahí que los dentistas realizaran esta operación con suma precaución, para evitar la sobreexposición. En cualquier caso, las monodosis que se utilizan actualmente no requiere manipulación. Además, una vez preparada para su colocación en el diente, la amalgama de mercurio ya no es tóxica.

¿Es el mercurio de la amalgama el mismo que aparece en determinados tipos de peces?

Mucha de la controversia con el mercurio surge a raíz de su presencia en el pescado que consumimos. Sin embargo, el mercurio de la amalgama y el que se encuentran en los peces no es el mismo. El que emana de la amalgama es mercurio elemental e ingresa al organismo a través de los pulmones. El que aparece en el pescado es metilmercurio e ingresa en nuestro organismo a través del tracto intestinal. El metilmercurio de los peces proviene de la contaminación del aire y del mar. Su presencia en la cadena alimentaria se incrementa en los especímenes más grandes y longevos. Ambos tipos de mercurio son absorbidos por el cuerpo de maneras diferentes y tienen niveles de tolerancia y efectos distintos.

¿Pueden darse posibles reacciones adversas a los empastes de metal?

Se dan en raras ocasiones, pero a veces hay personas que experimentan reacciones alérgicas al mercurio de la amalgama. En el caso de estas personas es mejor que se utilicen otro tipo de materiales para hacer los empastes.

¿Hay personas que deberían evitar los empastes de metal?

A pesar de que no existen contraindicaciones para las mujeres embarazadas, el mercurio puede atravesar la placenta. Por eso, es mejor posponer cualquier tratamiento dental de este tipo, sí es posible para después del embarazo. Si no, lo aconsejable es utilizar también otro tipo de materiales. Como hemos comentado anteriormente, el problema del mercurio es por la cantidad que se acumula en el organismo. Por eso, otras personas que deberían evitarlos son aquellas que se encuentran muy expuestas al mercurio.

¿Qué hacer entonces?

Depende un poco de cada caso en particular. Sí tenéis algún tipo de reticencias al uso de mercurio, algún tipo de alergia o sobreexposición, lo habéis de valorar. Lo mejor es que lo consultéis con el dentista, quien os aconsejará lo mejor para vuestro caso en particular. Siempre hay una opción posible.

¿Debería quitar los empastes de mercurio que ya tengo?

Lo mejor es reemplazar los empastes cuando están muy desgastados, rotos o cuando hay una posible caries. En el resto de casos, mejor no hacerlo. No está demostrado que los empastes de amalgama con mercurio den problemas. Es más, los problemas pueden surgir al reemplazar los empastes. Es muy común que se produzcan pérdidas de partes sanas de los dientes por posibles roturas. Incluso puede darse el caso de que se produzca más vapor de mercurio al extraer el empaste antiguo. En el caso de que no haya otra solución más que retirar los antiguos, se establecerá un protocolo de retirada. Los empastes se irán retirando en diferentes sesiones espaciadas en el tiempo. El profesional habrá de adoptar todo tipo de medidas profilácticas. De esta manera evitará la ingesta de polvo de metal diluido en agua. De nuevo, ante la duda, lo mejor es consultar a nuestro dentista.

Esperamos haber disipado todas vuestras inquietudes acerca de los empastes de metal. Como habréis comprobado, el mercurio que se emplea en la amalgama no está demostrado que sea nocivo. Si bien los empastes de amalgama desprender vapor de mercurio, nunca son cantidades tóxicas. Por eso, en Clínica Dental Fañabé Plaza no estamos en contra de los empastes de metal. Son resistentes y económicos en comparación con otras opciones. No obstante, depende un poco de vosotros y de cada caso en particular. Si hubiera algún tipo de incompatibilidad, disponéis de otras opciones muy interesantes.